Serpiente emplumada

En la plástica mesoamericana, las representaciones de serpientes son abundantes y de múltiples asociaciones. Como serpiente emplumada, simboliza la mítica unión del cielo (el ave) y la tierra (la serpiente). Quetzalcoatl encarna con sus bellas plumas de quetzal la renovación de la vegetación que año tras año cubre la tierra, mientras que, como serpiente, es la manifestación de las divinidades de la tierra, se mueve en ella, la repta y en un íntimo contacto, la penetra y habita, mostrándose de este manera como un dios creador en el universo.